La jornada prometía… Un día con un sol rotundo, una brisa que nos
acompaña en este estertor del verano gallego, un entorno luminoso y verde entre
viñedos de Arbo (Pontevedra), un pazo que podría contar historias nobles -y
quizá alguna no tanto- y unos anfitriones que abren sus puertas para compartir
uno de los momentos más singulares de esta Galicia mágica: la vendimia.
Óscar y Paula en acción |
Allí nos encontramos cerca de una veintena de periodistas y blogueros.
Entre ellos, Cousas de Milia, Diecisietecosas, Trucos Viajeros, Galletas paraMatilde, Gastroypolitica, LaCoruñalifestyle, Laurelycanela, Made with love,
Maruxaina y su mochila, My destination Galicia y Ni mata ni engorda, a los que
se uniría luego un equipo del programa de la TVE España Directo. Una buena
panda para disfrutar y descubrir cómo se transforman esas uvas (la mayoría de
Albariño) en los vinos Marqués de Vizhoja, Torre La Moreira y Señor da Folla
Verde Condado. Y nada mejor que hacerlo en compañía de la mediática y siempre
sonriente Paula Vázquez.
Pero vamos por partes. Luego de la bienvenida por parte de Jorge y
Javier Peláez, los propietarios y sucesores de Mariano Peláez (el hacedor de la
bodega Marqués de Vizhoja, quien con muy buen tino y muchos años de esfuerzo
vislumbró, allá por 1968, la enorme riqueza que le ofrecían estas tierras altas
de la zona del Condado), la mañana se hace más real con un buen café que hará
más propicia la labor de vendimia que luego compartiremos. Nada mejor que
encontrarse entonces con uno de los profesionales más reconocidos en las artes
y elaboración del “oro negro”, Óscar de Toro, quien apura una taza tras otra,
intentando dibujar su corazón de late art en cada servicio.
Paula con las tijeras cortando unos racimos |
Jorge nos guía por la finca |
Tijeras en mano, en compañía de Jorge Peláez y Paula Vázquez, nos
perdemos entre los viñedos y los vendimiadores de la Finca La Moreira.
“Queremos vendimiar las cuarenta hectáreas en cuatro días; por eso aquí estamos
trabajando, casi sin parar, las veinticuatro horas del día, más de doscientas
personas”, comenta Jorge; mientras, más adelante, Paula ya recoge los primeros
racimos de una uva que sabe dulce pero con un punto de acidez; el momento
idóneo para su cosecha, que este año viene más temprana de lo habitual. Las
últimas lluvias de agosto fueron el maná que todos los viticultores estaban
esperando, pero la incertidumbre climática de los días siguientes y la alta
posibilidad de que la humedad propicie alguna enfermedad a las vides
recomiendan la inmediata vendimia. Por cierto que ésta será casi un 20% más
voluminosa que la del pasado año, pero de calidad igual o mejor.
Según Javier Peláez (el “señor de las vides”), la idea es alcanzar los
320.000 kg. de uvas para la elaboración de sus vinos con D.O. Rías Baixas -Finca
la Moreira y Señor da Folla Verde Condado-, en tanto que estima que la buena
producción de esta cosecha podría favorecer la obtención de cerca de un millón
y medio de botellas para su emblemático Marqués de Vizhoja.
En vendimia, trabajan en las fincas de Marqués de Vizhoja más de 200 personas |
Tanto a Javier como a Jorge se les iluminan los ojos al hablar de la
potencialidad de esta materia prima. “Es cierto que muchas veces los
viticultores vivimos en el alambre en cuanto al clima, pero cuando recogemos
uvas que nos dan un grado alcohólico de 12,3, como las de este año, nos sentimos
inmensamente satisfechos”, expresa Jorge.
Javier Peláez supervisa todo el proceso |
Mientras Paula se retrata con el centenar de cosechadores, los medios
nos dirigimos con Javier al riñón de la bodega, es decir, donde se lleva a cabo
el proceso de elaboración del vino. Allí nos cuenta que las uvas son tratadas
con un mimo especial, tanto que se intenta que ninguna se rompa al dejarla en
las cajas. Cada caja que se recoge entra en la bodega el mismo día, porque se
pretende una manipulación rápida para evitar la oxidación de la uva. Luego,
Javier relata el paso siguiente a “mi gran cocina”, explica entre risas. “Es el
proceso de maceración que, como mucho,
tiene una duración de ocho horas”, puntualiza. Luego le sigue el prensado
“donde se saca el mosto limpio, siempre a temperaturas en frío, de entre 8 y 10
grados”, comenta. Sin descubrir todos los secretos de la elaboración de sus
vinos, Javier sí nos describe el tratamiento con algunos nutrientes naturales
(guisante y patatas) y la utilización de geles que limpian la suciedad de las
cubas. También reconoce el empleo de levaduras naturales y finaliza explicando
que la fermentación se realiza entre 12 y 14 días, siempre manteniendo una
temperatura en frío constante, en torno a los 12 grados.
Compartimos experiencias con otros periodistas y bloggers |
Una vez terminado este corto recorrido por las entrañas de Marqués de
Vizhoja, y con Jorge y Paula Vázquez como guías, el aire del campo, la vendimia
y la visita a la bodega sirven como magnífica excusa para acercarnos a la mesa,
en un rincón encantador con que cuenta la bodega, bajo unas parras y con una
panorámica en la que los viñedos limitan con el cielo.
Si el día empezó bien no podía terminar mejor. Empanada, pulpo,
pimientos de Padrón, navajas, percebes, almejas y bacalao; todo un festín
armonizado con los tres vinos de la bodega, según el gusto y placer de cada
comensal.
Bacalao… y tragos dulces elaborados con Marqués de Vizhoja |
Y por si faltaba algo, el final de fiesta lo puso Óscar de Toro, con
diferentes elaboraciones como un exquisito Sorbete de Albariño (no faltó quien
repitiera), un Licor de Café Marqués de Vizhoja con nata, leche condensada,
caramelo y frambuesa o un largo etcétera de cafés con las Gotas del Marqués.
La jornada finalizó con una visita a las remozadas instalaciones del
pazo, habilitadas para la celebración de eventos y un ejemplo más de las
inmensas posibilidades de esta solariega propiedad.
Al finalizar, la bodega nos agasajó con una botella de Marqués de Vizhoja firmada por Paula Vázquez |