Autor de la entrada: Alberto F. Traversa (La ALACENA Roja) Fotos: Martina Vicente (La ALACENA Roja).
Resulta que a
veces, cuando nos invitan a recorrer una ruta de tapeo, como es el caso del
concurso “Espétalle un Pincho” por Moraña, uno hace grandes descubrimientos,
pero no solo por los bocados gastronómicos que nos presentan sino por el
inmenso valor y amor a la cocina de quienes los elaboran.
Quizá no sea
lo adecuado iniciar este comentario por el final de este agradable recorrido
por tierras morañesas pero una buena tapa no solo es sabor y originalidad, sino
también el esfuerzo diario de los que están en los fogones y el premio que
significa para ellos el agradecimiento de un comensal satisfecho.
De la mano de
Luisa Piñeiro, la joven alcaldesa de Moraña y meritoria anfitriona de este
viaje culinario, comenzamos el circuito en Casa Marcial, donde Rogelia Gago nos
ofreció su ‘Alberguería de carneiro con alioli de manzana’, un pincho delicioso
que se consagró como el primero del certamen.
Una receta tan
sencilla como creativa, donde la clave que lo hace insuperable se encuentra en
el preciso equilibrio de sabores. A saber, cordero al horno, sazonado con
pimienta y ajo. Se tuesta todo con el jugo del cordero. Se elabora un alioli
agregándole manzanas asadas haciendo una cama para el cordero, y se acompaña de
un calabacín y una tempura de manzana.
Una auténtica
exquisitez que Rogelia, hace años jefa de sala del establecimiento y ahora
capitana de los fogones, pergeñó el mismo día del concurso
Un párrafo
aparte merece esta cocinera autodidacta que reconoce que “el secreto de este
trabajo es preparar todo con mucho cariño”. A sus 47 años y con dos hijas que
la ayudan un fin de semana sí y otro también, no tiene pegas en confesar que
“en esta profesión hay que llorar mucho… pelando cebollas” y es la primera que
coge el cubo y la mopa a la hora de hacer la limpieza de los baños, muy
temprano.
Extrovertida y
afable, es dueña no solo de una capacidad creativa sin límites (está
elucubrando una tapa con un pimiento de Padrón relleno con carne de carneiro)
sino que es también un manual de dichos y frases dignas de un libro (“el día a
día es sobrevivir”; “cualquiera maneja el timón cuando el mar está en calma”, o
el último, de Cervantes que hace suyo…“la mejor salsa es el hambre”).
Dejamos a Rogelia
y nos adentramos en Giao, un bar de tapas que en días abrirá su nuevo
restaurante con capacidad para ciento cuarenta comensales. Allí es Javier Giao
el que nos hace degustar su ‘Lombiño de carneiro glaseado con vino Monterrei’,
pincho ganador del segundo premio del concurso. Se trata del carneiro preparado
al horno solo con leña de roble, un salteado de legumbres (con protagonismo de
la zanahoria) y una reducción del vino que le da un punto absolutamente
singular y sabroso.
En el caso de Javier, hablamos de un cocinero profesional, formado en el centro de Lamas de Abade, de Compostela, y que inició su recorrido en la profesión, primero como ayudante de cocina hasta llegar a ser jefe del restaurante del Gran Hotel La Toja. “Me gusta innovar en la cocina. Para ello primero elaboro una tapa y si resulta del agrado de los clientes, luego la transformo en un plato”, expresa este “ingeniero de cocina” como se autodefine y que menciona como sus referencias en la profesión a Subijana o Arzak.
Habla de su
querencia por la gastronomía casera pero con aportes nuevos, propios, personales,
pero fundamentalmente partiendo de productos y elaboraciones artesanales. “El
horno a convección puede ser muy útil, pero no nos ayuda a darle sabor a un
plato, a mejorar un producto”, sentencia.
No tenemos
tiempo para descubrir al Javier showman…en que se transforma a la hora de realizar
el conxuro mientras prepara una Queimada. Prometemos asistir y verlo en acción
el día de la apertura de “A d’Javi Giao”, el original (como su cocina) nombre
de su soñado restaurante; y de paso probar su Empanada de maíz, excelsa según
los conocedores del lugar.
Luego
arribamos a Casa Varela, un resturante-tapería que semeja una rústica casa de
turismo rural, piedra por fuera y mucha madera noble en su interior.
Allí, Bea
Varela, una digna sucesora de la saga familiar que inició este establecimiento
que ya lleva cuatro años funcionando, nos ofrece un pincho al que denomina
‘Cordero de la casa’, “porque la verdad que nunca nos detuvimos a ponerle
nombre a esta tapa de cordero guisado”, reconoce risueña.
Pero en este
establecimiento gobiernan las raciones, generosas, tentadoras, y como no solo
de carneiro vive el hombre, nos recomiendan su otra especialidad, Croca a la
plancha.
Ya cerca de la
medianoche, visitamos el Alborada, un bar de tapas abierto desde hace dos años
y que con su ‘Brocheta de carneiro al horno con crema de castaña’ (ésta
elaborada en el propio establecimiento) y a la que acompañan unos tomates
cherry y cebolletas, obtuvo el tercer premio del certamen. La autora de este
pincho es Estrella Castro, que nos confiesa que lleva toda la vida en esto
(bueno… apenas tiene 32 años) y que nos recomienda sus otras especialidades,
como la tapa de calamares o la de zorza.
De izquierda a derecha, detrás: Alberto Ribas (Blog: maisgrelos.blogspot.com.es), Faustino Batallán de Barro de Tapas, Alberto Traversa de La Alacena Roja. De izquierda a derecha, abajo: Martina Vicente de La Alacena Roja, Luisa Piñeiro (alcaldesa de Moraña), Almudena Abalo (Blog: almudelicias.blogspot.com.es), Sabela Bernárdez -de blanco- (Blog: cogelacomidaycorre.blogspot.com.es) y Estela Portela -de verde- (Blog: laresymares.wordpress.com) |
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