jueves, 18 de diciembre de 2014

De Vilagarcía a Francia con Philippe Cesco

Autor de la entrada: Martina Vicente – Fotos: La Alacena Roja

En tiempo de espumosos, con la aparición de múltiples referencias patrias luchando por hacerse un hueco en los paladares de los gallegos (y en sus bolsillos), tuvimos la oportunidad de acercarnos al champagne de la mano de Philippe Cesco, catador oficial para España de la D.O. Champagne. Lo hicimos en un “afterwork” organizado por el restaurante-cafetería Derby, de Vilagarcía de Arousa, un establecimiento que -con el barista José Dieste a la cabeza- trabaja incesantemente para acercar los pequeños placeres de la alta cocina, el café, los cócteles, el vino o la cerveza a sus clientes. Un ejemplo en la hostelería vilagarciana.

Con Philippe Cesco entramos de lleno en una denominación que, como él mismo reconoce, tiene un punto de partida más ventajoso que el resto pues el champagne siempre se asocia con los buenos momentos, la fiesta, la celebración de los éxitos. Como estrategia de marketing, es impagable. Es por eso, quizá, que el consumidor no tema tanto rascarse el bolsillo comprando una botella de este espumoso francés porque lo que esté celebrando, a buen seguro, merecerá la pena. Lo que se encuentre en la botella ya dependerá, como es lógico, del viticultor y del bodeguero que estén detrás y, como en toda denominación de origen, habrá vinos espectaculares y vinos que no merezcan el descorche.

Para el “afterwork” del Derby, Philippe, Jose y Toni Golpe -de A Despensa Vinateros, la distribuidora- eligieron dos champagne de los denominados “de autor”. Como introducción, Cesco explicó el método de elaboración de estos vinos y cómo se realizan los ensamblajes -que no coupages- para obtener una mayor calidad. La primera propuesta (todas ellas se armonizaron con tapas elaboradas por Dieste) fue un Marteaux Brut Reserve que tomamos con una Tosta de sardina ahumada, caviar de vinagreta y cítricos sobre pan frito con ajo, exquisito primer acto de una representación que generó un gran ambiente e interesantes conversaciones sobre los vinos gallegos, los espumosos gallegos y sus aspiraciones frente a otras burbujas más consagradas. El segundo acto -el que generó las mayores ovaciones- lo protagonizaron Les vignes de Montgueux (Jacques Lassaigne) Extra Brut con una Vieira curada en agua de mar, con aceite infusionado en cebollino y brotes. Se trata de un champagne 100% Chardonnay, cultivada sin tratamientos químicos, del que solo salen al mercado en torno a 50.000 botellas. El que catamos es resultado del ensamblaje de tres añadas (2008, 2009 y 2010).


El taller-cata lo completaron otros tres vinos franceses, pero tranquilos. Como tercera propuesta, Le Mont Domaine Huet Cec 2012 (Borgoña) que Jose Dieste acompañó sabiamente con Sushi de sardina, wasabi y pimiento de Padrón. Una armonía que gustó mucho entre los presentes, en la que el picante de las salsas potenciaba el dulzor del vino. El cuarto y quinto actos nos llevaron al Loira, con dos vinos que nos dejaron un grato sabor de boca. Por un lado, Cotes d'Auxerre (Pinot Noir) que acompañamos de un meloso Risotto de sepia y setas y, por otro, y para poner el punto final a la degustación, un Fleurs d’Érables Semiseco (vino biodinámico) que armonizó a la perfección con una Gelatina de naranja amarga con espuma de yogurt griego, pimienta y cítricos, una sobremesa indicada especialmente para quienes huyan de los postres -y de los vinos- marcadamente dulces. De hecho, el bodeguero no quiso enriquecer artificialmente el vino con azúcares, pues apenas alcanzaba los 11 grados, motivo por el que esta añada no ha podido lucir la contraetiqueta de la denominación de origen. Pero ése es otro debate…

jueves, 27 de noviembre de 2014

La ciencia, en la base de la cocina


Autor de la entrada: Martina Vicente – Fotos: La Alacena Roja/Dr. Acuña Castroviejo

Bajo el título de ‘Cuestión de gusto, del plato al cerebro’, el Catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela Carlos Acuña Castroviejo impartió recientemente en la Academia de Medicina de A Coruña una sesión magistral en la que demostró que la cocina -y no solo la moderna- tiene más base científica de los que muchos consideran. Como recordó, ya Platón se preguntaba si lograríamos entender la causa de los sabores de los alimentos y desde entonces han sido muchos los estudiosos que han querido profundizar sobre este tema, entre otros Aristóteles, que incluso clasificó los sabores. 

Hoy hablamos de dulce, amargo, salado, ácido y umami y vinculamos su percepción –erróneamente, según detalló el doctor- con diferentes áreas de la lengua. Al parecer, un fallo de transcripción hizo que, durante siglos, creyéramos que cada uno de los sabores se percibía en una zona distinta de la lengua, algo que, según matizó el doctor, no se ajusta a la realidad. Algunos de los detalles que descubrió el doctor Acuña durante su ponencia hacen referencia, precisamente, a la percepción de los sabores. Así, la sensibilidad al sabor amargo es la más variable según las personas y la única que necesita un aprendizaje para que esa sensación llegue a resultar placentera. De hecho, el amargor está asociado a sustancias dañinas, por eso nuestro cuerpo, en principio, lo rechaza.

Uno de los platos elaborados por el chef Alberto Lareo.
En cuanto al sabor salado, el doctor indicó que, por lo general, poca sal es agradable pero mucha, provoca aversión; y en lo relativo a lo dulce, Acuña Castroviejo explicó que algunas sustancias sustitutivas del azúcar producen sensación de calor sin que, en realidad, se haya producido cambio alguno en la temperatura del producto que comemos. Por otro lado, sustancias como el mentol provocan la sensación contraria: nos hacen creer que el producto que comemos está frío cuando, en realidad, no es así. En relación a los sustitutivos del azúcar, el doctor hizo especial hincapié en que nuestro cuerpo sabe diferenciar perfectamente entre, por ejemplo, el azúcar de mesa y la sacarina porque el primero -al tener calorías- es una especie de “recompensa” para nuestro cuerpo, mientras que la segunda no tiene más “recompensa” que su sabor dulce. A este respecto, se generó un pequeño debate en torno a los productos “light” o “cero” y su salubridad real, pero ése es tema para otro post…

El doctor también incidió en la relación entre la temperatura de lo que comemos o bebemos y la percepción de su sabor. Así, con el calor se volatilizan las sustancias aromáticas de las comidas o bebidas, con lo que se aprecian mejor. De ahí que el vino, si se sirve demasiado frío, no logra transmitirnos todos sus aromas. El doctor incidió en la necesidad de que se produzca una interacción entre todos los sentidos a la hora de comer, haciendo especial hincapié, por ejemplo, en que “la música que se escuche de fondo en un restaurante no debe estropear la comida”. En ese sentido, Acuña Castroviejo recordó que el placer que nos produce la comida comparte los mismos circuitos cerebrales que otros placeres sensoriales o subjetivos. Algo a tener en cuenta…

Durante su ponencia, el doctor también avanzó algunos conceptos sobre la llamada “gastronomía molecular”, que se centra en encontrar los mecanismos y fenómenos que se dan durante la preparación de los alimentos. En ese sentido, incidió en que “una buena cocina se basará en el conocimiento de esos procesos físico-químicos”. Para elaborar su ponencia, el doctor compostelano trabajó mano a mano con el chef Alberto Lareo (Restaurante Manso), quien preparó una serie de platos en los que se ponen de manifiesto todos esos procesos físico-químicos. “Huevos soufflé con verduras”, “Ternera asada con guiso de panceta y cantharellus” o “Yogur con melón impregnado en menta” son algunos ejemplos. 
José Antonio Quiroga, presidente de la Academia Gallega de Gastronomía; el doctor Acuña Castroviejo y el cocinero del Restaurante Manso, al finalizar la sesión científica

martes, 15 de julio de 2014

De ruta por el Condado do Tea

Autor de la entrada: Alberto Traversa (La ALACENA Roja) Fotos: La ALACENA Roja.

La propuesta era recorrer una de las zonas vitivinícolas más relevantes de Galicia: el Condado do Tea… Y allí nos fuimos de la mano de la responsable de la Ruta del Vino Rías Baixas, Lorena Varela. Aunque amenazaba lluvia, los compañeros de viaje y lo bueno por descubrir invitaban a no perdérselo.
Partimos de Pontevedra con rumbo a la bodega Pazo San Mauro, no sin antes recoger de camino a Antonio Méndez, vocal y gran precursor de este itinerario turístico y gerente de la Bodega Señorío de Rubiós, quien nos detalló algunas peculiaridades de esta comarca, la última en integrarse en la Ruta do Viño y sustancialmente diferente a las otras subzonas que comprende Rías Baixas: O Salnés, O Rosal, Ribeira do Ulla y Soutomaior.
Antes de llegar a la bodega, pasamos (aunque sin detenernos) por Bodegas La Val y observamos la gran extensión de viñedos que posee. “Probablemente, la mayor bodega del Condado”, apunta Antonio Méndez.

Bodega Pazo San Mauro

Cristina Mantilla, enóloga de Pazo San Mauro, fue nuestra anfitriona en esta primera parada. Un breve paseo entre las viñas, unas vistas espectaculares del río Miño y de nuestros vecinos de Portugal, y algunos apuntes que merecen tenerse en cuenta.
Desde el año 1988 han estado reconvirtiendo la finca, que tiene una extensión de 20 hectáreas. El 90% de la producción es albariño pero también tienen algo de loureiro. “Creemos mucho en las posibilidades de esta variedad”, comentó la enóloga al respecto. Actualmente, también están plantando godello, pero por ahora de forma solo experimental. Un 30% de la uva que entra en bodega es comprada a viticultores de la zona, a los que asesoran durante el año. Solo compran albariño.

Esa singularidad que ofrece esta subzona del Condado se basa, fundamentalmente, en la altitud a que se encuentran muchos de los viñedos que, aunque en otoño e invierno es excesivamente húmeda, en la época propicia para la floración y maduración de la uva es más cálida y seca, con el beneficio que eso conlleva para la obtención de una buena acidez, grado alcohólico y maduración. Tres buenos argumentos que, a su vez, provocan un ahorro en tratamientos fitosanitarios de las plantas. Quizá pueda afirmarse que son los vinos de la D.O. Rías Baixas menos atlánticos, y debido a este clima, es de las primeras subzonas donde se inicia la vendimia.
La bodega elabora dos vinos: Pazo San Mauro (100% albariño) y San Amaro (albariño y loureiro). El San Amaro es un 90% albariño y 10% loureiro pero la intención es ir aumentando el porcentaje de esta última variedad según las viñas vayan teniendo más edad, puesto que la producción de éste es aún muy limitada. No elaboran vinos de crianza (en barrica), pero sí buscan elaboraciones diferentes, como es la maceración en frío para aumentar el potencial aromático del mosto.

Catamos un San Mauro 2013 y un delicioso San Amaro 2010.
La finca -propiedad del Marqués de Vargas desde 2003- es del siglo XVI, como así lo indica la capilla que se encuentra en sus espléndidos jardines. Una inscripción en la piedra revela que data de 1582. La capilla está dedicada a San Mauro (San Amaro en gallego), al que la leyenda le atribuye propiedades curativas en enfermedades como el reuma. Está consagrada y cada 15 de enero se celebra en ella una pequeña romería a la que acuden vecinos del entorno.
También visitamos el pazo, que no está habitado, en tanto que Cristina Mantilla nos apunta otro de los atractivos de la finca: su playa fluvial, situada en uno de los extremos, a donde se suele llevar a los turistas, sobre todo si acuden en grupos pequeños. Como anécdota decir que de Portugal prácticamente no llegan visitas al Pazo.

Molino do Cuña
De camino a la siguiente bodega de la jornada, y ya en la parroquia de Rubiós (As Neves), hacemos un alto en un molino que se remonta, al menos, tres generaciones atrás. Todavía hoy está en funcionamiento y lo utiliza habitualmente una familia, la de José Belarmino (que es quien nos lo enseña). En él muelen grano para sus animales pero también para hacer su propio pan o empanadas (como la que degustamos, posteriormente, en Señorío de Rubiós). Muelen maíz, trigo y centeno.

En colaboración con la EFA A Cancela, suelen organizar excursiones y resulta un atractivo especialmente singular para los niños, para quienes es todo un descubrimiento ver cómo funciona un molino.



Bodegas Coto Redondo – Señorío de Rubiós
Varias son las singularidades que ofrece esta bodega. Antes que nada reseñar que está integrada por decenas de pequeños viticultores que aportan su uva para los varios vinos que se elaboran en Señorío de Rubiós. Por otro lado, y además de producir solo variedades autóctonas, están empeñados en recuperar una variedad única en Galicia: el Pedral. Y, finalmente, puntualizar que esta bodega, que ofrece vinos blancos muy premiados, también produce tintos singulares, a partir de variedades como la mencía, pedral y sousón, que, desde hace unos años, ya comienzan a ser reconocidos incluso fuera de las fronteras de España.   
La bodega arrancó allá por el año 2003 y la primera cosecha salió en 2005. Actualmente, producen al año en torno a las 750.000 botellas. Inicialmente, el objetivo era recuperar los tintos, tan propios de esta parroquia, pero con el paso del tiempo fueron incrementando la producción de blancos. Hoy, los blancos suponen el 75% de la producción de la bodega. A destacar son las cepas centenarias de sousón, que bien podría decirse que es una planta heroica ya que sobrevivió a la pérfida filoxera.

Mientras nos ofrecen unos exquisitos bocados en el mismo interior del área de elaboración, rodeados de los toneles de acero inox, Paco Arenas, encargado de la bodega, es quien nos explica las peculiaridades de cada uno de los vinos que elabora Señorío de Rubiós. En blancos, tienen un albariño 100% y un Condado (mezcla de un 15% albariño, un 60% treixadura y el resto, loureiro). En tintos, producen un Sousón o Retinto, un Mencía, un Pedral y un Condado (mezcla de sourón, brancellao, espadeiro y caíño tinto). Pero, además, la bodega elabora espumosos. Un tinto, a partir del vino Condado tinto; y dos blancos, Extra Brut (más dulce) y Brut Nature (más seco), tomando como base el Condado blanco.

Todos a una
El final de esta jornada de aprendizaje y descubrimiento se cerró con un magnífico almuerzo celebrado en el establecimiento de turismo rural CasaPazos, en Arbo. Y, como no podía ser de otra forma, la lamprea y el gallo de corral fueron los destacados protagonistas gastronómicos; por supuesto, todo bien regado con vinos, blancos y tintos del Condado do Tea.
Para terminar, un par de apuntes que creemos interesante mencionar. Al almuerzo ofrecido por la Ruta do Viño Rías Baixas se sumaron el presidente del C.R.D.O. Rías Baixas, Juan Gil, y los alcaldes de Salceda de Caselas, As Neves y Arbo, quienes, además de darnos la bienvenida, significaron con su presencia la comunión de esfuerzos, iniciativas y promoción en la potenciación de esta subzona y del valor que puede suponer el turismo enológico para la comarca.

Quizá el único lunar que frene, en parte, el desarrollo y crecimiento de esta Ruta se encuentre en la escasez de establecimientos de hostelería. Apenas dos casas rurales. Un punto que probablemente debieran tener en cuenta los empresarios de la comarca o aquellos que apuesten e inviertan en una Ruta que, creemos sin duda, encuentra en la diferenciación con las demás su atractivo turístico.

sábado, 28 de junio de 2014

Pazos del Apóstol. Un viaje entre historia y leyendas

Autor de la entrada: Martina Vicente (La ALACENA Roja) Fotos: La ALACENA Roja. 

Leyenda, historia, cultura y gastronomía. Son los cuatro pilares de ‘Pazos del Apóstol’, un nuevo producto turístico impulsado por Pazo Vista Alegre (Puente Ulla – Vedra) y que pretende ser “un viaje en el tiempo por la historia de España, la leyenda del Apóstol, el descubrimiento de su cuerpo y la mejor gastronomía gallega en una auténtica romería”.La iniciativa ha unido a cuatro pazos del entorno de Compostela: el citado Pazo Vista Alegre, el Pazo de Santa Cruz de Ribadulla, Pazo de Galegos y el Pazo do Faramello (este último, en el municipio de Rois). El circuito lleva al turista por estas construcciones pero también por otros lugares de interés como la Capilla do Santiaguiño, situada a los pies de la Vía de la Plata, la variante del Camino de Santiago que nace en Andalucía.

Con La Alacena Roja, tuvimos oportunidad de realizar el viaje inaugural, un formato reducido para prensa, bloggers y guías turísticos. La salida del tour se realiza desde Santiago de Compostela en autobús. En nuestro viaje, la primera parada fue Pazo de Galegos, residencia en su día del canónigo Antonio López Ferreiro, archivero de la Catedral compostelana, escritor, arqueólogo y descubridor, en el siglo XIX, de la cripta en la que estaría enterrado el Apóstol junto a sus discípulos, Atanasio y Teodoro. En la actualidad, Pazo de Galegos es hotel y bodega. Como alojamiento lleva apenas tres años, en los que ha visto aumentar considerablemente la presencia de turistas internacionales. “Aquí vienen muchos americanos, australianos y alemanes. Nos ayuda estar bien posicionados en TripAdvisor y el boca a boca”, nos comenta su propietario, Manuel García. También ayuda que toda la familia hable inglés perfectamente.
Manuel García nos enseña un libro escrito por el canónigo López Ferreiro, que vivió en Pazo de Galegos
Paul, junto a la cepa de más de 400 años que todavía produce
El hotel, que cuenta con diez habitaciones (algunas de ellas, de hasta 70 metros cuadrados), dispone de restaurante y varias salas para encuentros de trabajo. Además, suelen organizarse visitas guiadas con catas comentadas. Paul García, hijo de Manuel y encargado de la bodega, nos explica que, recogiendo el testigo de López Ferreiro “que hacía muy buenos vinos”, en la actualidad elaboran tres albariños con D.O. Rías Baixas y un mencía, así como diferentes destilados, tan propios de esta zona. En total, ocho hectáreas en producción que no prevén aumentar, al menos por el momento. “Si crecemos, no podríamos hacer los vinos artesanalmente, como lo hacemos ahora. Y no queremos”, explica Paul. En años de buena cosecha, la producción de albariño puede acercarse a las 50.000 botellas. La joya de la corona es una cepa de más de 400 años que continúa produciendo vino y que la familia cuida con mucho cariño.

Dejamos Pazo de Galegos pero Manuel García nos acompaña porque la siguiente parada es un lugar que conoce al dedillo: la Capilla do Santiaguiño. “Ésta es nuestra particular Praza do Obradoiro”, comenta divertido Manuel, “pero con mejores vistas porque se ve A Estrada y los montes de Lalín”. Este pequeño templo está situado en plena Vía de la Plata (a unos metros del albergue de peregrinos) y al lado de la fuente en la que -dice la leyenda- los bueyes que transportaban el cuerpo del Apóstol hicieron brotar el agua del suelo con sus pezuñas. Hoy, un mojón con la concha peregrina nos recuerda que éste es uno de los hitos del Camino de Santiago.

Pero la capilla tiene interés, además, porque en ella se conserva una reliquia del Apóstol, que fue cedida en su momento por el canónigo López Ferreiro. Se trata de un pequeño trozo de hueso que el párroco, Don José, quiere que permanezca siempre visible al público, para lo que será necesaria la construcción de una vitrina con medidas especiales de seguridad. El viaje de prensa que, por tiempo, no incluye la visita al Pazo de Santa Cruz de Ribadulla (conocido por sus emblemáticos jardines) nos lleva ahora al Pazo Vista Alegre, donde somos recibidos por sus gerentes –Mayka y Sandra Luna- pero también por bombas de palenque y una excepcional requinta (de las que quedan pocas). Porque el objetivo es que el turista se sumerja en el auténtico ambiente de las romerías gallegas. En Pazo Vista Alegre, donde solía veranear el filósofo Ortega y Gasset, somos obsequiados con un aperitivo a base de los productos más típicos de nuestra gastronomía como el chorizo, el queso, la empanada, los mejillones en salsa marinera, el pulpo á feira o la tarta de Santiago. Todo ello regado con los vinos de Pazo de Galegos. Los turistas finalizarían la velada con una queimada, conxuro incluido, y el regreso a Santiago en autobús.

Una actividad para toda la familia con la que acercarse a una comarca de leyenda, cargada de simbolismo y marcada por la historia, un vergel a escasos 15 kilómetros de Santiago que, gracias a Pazo Vista Alegre, descubre todos sus atractivos.
La visita termina en Pazo Vista Alegre recreando una auténtica romería gallega
Más información sobre horarios, opciones, precios y puntos de recogida en www.pazosdelapostol.com

miércoles, 4 de junio de 2014

Galponbier, cervezas de aldea.

Autor de la entrada: Kike Gª Cerviño (La ALACENA Roja) Fotos: La ALACENA Roja.

Que la cerveza artesana está en auge es un hecho. Hay quien dice que es una moda pero los entendidos creen que es un regreso a los orígenes que no tiene vuelta atrás. Que sí, que está de moda lo natural, lo hecho a mano, lo casero... pero quizás porque lo asociamos a algo único, especial, hecho con esfuerzo y cariño, como lo hacían antes nuestras madres y abuelas. Quizás por ello, y como buen aficionado a la cerveza artesana que soy, recientemente tuve la oportunidad de asistir a la presentación de unas nuevas cervezas artesanas en Bodegas Fermenta, en Mourente (Pontevedra).

Se presentaban las “cervezas de aldea”, las cervezas de GalponbierBrewing, las cervezas de Fernando y Javier, de Fentáns, y Juan, de O Corvo.

Ante aproximadamente 30 personas Javier, de Fentáns, comenzó a narrarnos cómo se embarcaron en esto de elaborar cerveza. La aventura se inicia a principios de 2013, cuando estos cerveceros caseros se conocen y comienzan a colaborar y experimentar con nuevas fórmulas y recetas en un galpón en la aldea, de ahí su nombre y sus orígenes. Nos puntualizó que aún no tienen fábrica propia pero producen en otras fábricas con todos los registros sanitarios y garantías.

Javier nos explicó el proceso de elaboración de una cerveza, que comienza con la cocción de la malta para la extracción de sus azúcares y obtener el mosto dulce. Al añadir las levaduras, éstas transforman los azúcares en alcohol, se baja la temperatura hasta los 2º y se mantiene hasta pasados unos días en que se embotella, momento en el que se le añade un poco de azúcar o de mosto para una 2ª fermentación en botella. Se almacenan éstas en una bodega a una temperatura controlada y pasado un mes, más o menos, desde el comienzo del proceso ya puedes disfrutar de la cerveza. Todo parece fácil explicado de esta manera, pero a mí que soy de letras me sigue pareciendo un “milagro”.

Terminada la explicación todos deseábamos comenzar a catar sus cervezas.


La primera que probamos fue O Corvo Samon, una cerveza estilo English Pale Ale, con 6,1% vol. de alcohol y 60 IBUs de amargor. Cerveza tostada donde predominan las maltas tostadas, de espuma densa, color cobrizo, sabor ligeramente dulce con suave amargor y fácil de beber.

Seguimos con Fentáns 999, cerveza estilo India Pale Ale, con 5,9% vol. de alcohol y 75 IBUs de amargor. Ganadora del concurso de cerveceros caseros en el ZenitBeerFestival (Vigo) 2013. Amarga por sus lúpulos americanos que hará las delicias de los lúpulo-adictos.

Por último, cerramos con la Diaño (edición limitada, Morrigan). Es una cerveza negra de edición limitada, estilo Smoked Stout, con 5,5% vol. de alcohol y 65 IBUs de amargor. Cerveza con un sabor ahumado pero suave, elaborada a partir de 7 maltas diferentes que le dan un toque a café y chocolate. Aunque no lo parezca, es una cerveza de primavera/verano, ideal para disfrutar con algo dulce, como un bizcocho o un brownie.

Todo un descubrimiento estas cervezas de aldea, artesanas, naturales, frescas y de calidad.

lunes, 24 de marzo de 2014

Isla de Arosa, paraíso cercano.

Autor de la entrada: Kike Gª Cerviño (La ALACENA Roja) Fotos: La ALACENA Roja. 

Siempre había tenido ganas de ir al Caribe. No sé si porque me gusta mucho la playa o por aquel famoso anuncio de Halcón Viajes… el de Curro. Pero no sabía que el Caribe estaba tan cerca. ¡Sí! ¡Sí! Aquí al lado, a tan solo 32 kms. de casa, y no hacen falta ni vuelos transoceánicos ni gastarse cientos de euros para descubrirlo, tan solo una pequeña embarcación de 12 plazas con un potente motor de 350cv, un buen patrón, gastarse unos eurillos y… el “Caribe gallego” está muy cerca. He de decir que el día acompañaba, después de casi 3 meses lloviendo sin parar y hartos ya de ciclogénesis explosivas, el sol relucía en el cielo azul. Aunque a las 10:30h de la mañana, hora del embarque, aún no calentaba lo suficiente y soplaba un poco viento del norte, nada que no solucionase una buena cazadora y un buen fular alrededor del cuello.

Embarcamos desde O Xufre, el muelle principal de la Illa de Arousa, en la primera ruta de este año. Embarcamos 8 “turistas”, algunos ya conocidos, y quizás por ello la jornada fue tan agradable y distendida: Estela de “Lares y Mares”, Nacho de la Quinta de SanAmaro, Rocío de la “Cocina de mi abuelo”, Marcelo de “Adega Eidos”, y otros a los que fue un gusto conocer como Isabel y Antonio de Cobres Rural, Aroa de VioViajes y Suso, futuro hostelero en Sanxenxo y motero en “Motos Vellas do Salnés” y “MotoReina”, además de Gabi Comojo, el apasionado y experto patrón de Amare Turismo.

Lo primero que Gabi nos explicó fue el funcionamiento de una batea (mejillonera), una estructura flotante cuadrada de 20 x 25 metros, de grandes vigas de madera de eucalipto unidas entre sí, unidas a su vez a un gran bloque de hormigón en el fondo del mar por medio de una gruesa cadena de hierro para que no se la lleven las corrientes marinas. Gabi nos explicó que ya solo con el peso de la cadena, las bateas no se moverían. Esta cadena tiene una longitud del triple de la medida al fondo del mar para que puedan girar sobre sí mismas según las corrientes.
La propia batea se convierte en un ecosistema en sí misma, alrededor del cual viven numerosas clases de peces, algas e incluso mariscos. Rocío apuntaba que los camarones de las bateas son los mejores y más sabrosos, y de esto ella sabe mucho. A mí particularmente me llamaban la atención unos 4 ó 5 depósitos de agua encima de cada mejillonera. No sabía qué función desempeñaban y Gabi me explicó que se utilizan para compensar el peso según haya más o menos cuerdas en un lado u otro, y nivelar así la batea.

De las vigas cuelgan las cuerdas que se hunden en el agua con, principalmente, mejillón aunque también puede haber algunas con ostras. Nos contaba Gabi que los mejilloneros recogen la cría de mejillón, la “mejilla”, en las rocas en los meses de octubre a abril y la unen a la cuerda a través de una malla fina que a medida que el mejillón crece se va desprendiendo. Transcurren 6 meses hasta que se recogen, se hace una selección por tamaño, que se denomina “desdoble”, y se recolocan hasta conseguir el tamaño deseado, alrededor de 18 meses, según su destino: delicatesen, conserva o consumo en fresco.


Una vez el mejillón tiene un buen tamaño, el barco “bateeiro” eleva las cuerdas a través de sus grandes grúas descargando en cubierta el mejillón y comenzando su clasificación por tamaño. Los más grandes son los más codiciados por la industria conservera de delicatesen, y así podemos ver latas de conserva de mejillón con tan solo 4 ó 5 unidades. Los que se destinan a la industria conservera no delicatesen se cargan en “bruto” en camiones hacia las industrias donde allí mismo realizan la selección según tamaños y calidades. Los que encontramos en el mercado se seleccionan manualmente y se meten en mallas de 1 ó 2 kgs.

Habitualmente, el mejillón destinado a la conserva se recoge en verano y el que se consume en fresco habitualmente en otoño e invierno, aunque también a lo largo de todo el año. Además, es un producto con bajo contenido en grasas, muchas proteínas, vitaminas B12, B2 y B9, y con mucho hierro. Es fácil de cocinar y admite muchas y fáciles preparaciones: al vapor, en escabeche, a la marinera, con vinagreta, bechamel en su propia concha (los llamados mejillones “tigre”), en empanada… pero vamos a la ruta que me estoy yendo por las ramas.


Dejamos atrás el mundo del mejillón y las mejilloneras y nos encontramos con un pequeño barco que se dedicaba a la recolección de vieiras a través del arrastre poco agresivo de una red por el fondo del mar. La fatalidad para los 2 marineros de la embarcación fue que habían enganchado el aparejo en alguna roca y probablemente se habría terminado el día para ellos.


Continuamos recorriendo la costa alrededor de la isla en dirección a la salida de la ría al mar. Nos encontramos con las primeras pequeñas y tranquilas calas y el faro de Punta Cabalo, construido en 1852 sobre unas rocas, desde el que se puede disfrutar de unas vistas a la Ría de Arousa tomando algo en el pequeño restaurante que allí se encuentra.

Cuando llegamos al Islote de Areoso tuve claro que ya no quiero ir al Caribe ¿para qué? Si lo tengo al lado de casa. Areoso parece una duna de arena fina y aguas turquesas surgida del fondo del mar. Tengo claro que volveré un día de verano a disfrutar de un gran día de playa. Por tan solo 15€ ida y vuelta, Amare Turismo Náutico nos lleva y nos trae desde cualquier punto de la isla. Gabi se quejaba de la poca consideración de los propietarios de los yates o embarcaciones de recreo que siendo ésta una zona con una gran riqueza marisquera, no la respetaran como debieran y que al final pudiese incluso cerrarse el acceso para proteger su entorno.

Después de contemplar el Islote de Areoso nos acercamos de nuevo a la costa, al Parque Natural de Carreirón, una zona especial para la protección de aves como cormoranes, patos y garzas, de playas desiertas incluso en verano como la Playa dos Espiños y Dos Petóns, de aguas tranquilas y gran cantidad de árboles para una buena siesta a la sombra. Para llegar a ellas por tierra hay una caminata de unos 15 minutos pero merece la pena.

Dejamos atrás el Parque do Carreirón por la Punta da Cruz y Punta da Arnela para acercarnos al puente que une la isla con Vilanova de Arousa y observar el duro trabajo de los mariscadores de almejas y berberechos. Solo de esta manera se puede apreciar y valorar por qué este marisco tiene el precio que tiene en el mercado.
Aprovechando la parada y siendo ya la hora del aperitivo ¿qué mejor que una empanada de zamburiñas y una copa de albariño de Adega Eidos? Pues a ello nos pusimos siendo la envidia de todos los marineros que allí faenaban y a punto estaban ya de regresar a puerto después de un largo día de faena.
Cruzamos el puente muy despacio y con el motor algo levantado para no dañar el fondo marino ni la hélice, ya que la marea estaba baja (me quedé sorprendido por la poca profundidad). Gabi comentó que en días de mareas vivas, cuando la marea está baja se puede cruzar caminando de lado a lado sin dificultad.

Completando la vuelta a la isla, doblando la Punta do Furado y Punta Aguiuncho regresamos a nuestro punto de partida, no sin antes de la foto de grupo completando una jornada maravillosa en buena compañía y habiendo descubierto un “Caribe gallego” de arena fina y aguas turquesas. 

viernes, 21 de febrero de 2014

Muy cerca de Santiago… mucho por descubrir

Autor de la entrada: Martina Vicente (La ALACENA Roja) Fotos: La ALACENA Roja. 

He de reconocer que nunca pensé sorprenderme tanto a tan pocos kilómetros de casa. Recientemente, tuve la oportunidad de participar en un viaje de familiarización para prensa y bloggers turísticos por Área Santiago y, a pesar de tenerlos a un paso, descubrí lugares de gran interés que desconocía. Entono el mea culpa sin rubor y aplaudo el afán de los agentes implicados por dar a conocer el territorio y sus recursos.
Las fechas elegidas para el viaje, los días previos al comienzo del Entroido (Carnaval), celebración que en la comarca compostelana tiene un gran arraigo. Por ahí comenzamos, precisamente, conociendo un poco más sobre esta fiesta en la exposición que, sobre ella, acoge el Museo do Pobo Galego.

El Entroido da Ulla es uno de los más tradicionales de Galicia. Las primeras manifestaciones datan de mediados del siglo XIX y permanece vivo gracias al trabajo incansable de los vecinos de cada una de las parroquias participantes, pertenecientes a los concellos de Santiago, Vedra, Silleda, A Estrada, Teo, Touro, Vila de Cruces y Boqueixón. 
Sus personajes más emblemáticos son los correos y los xenerais (generales), que recorren a caballo las diferentes parroquias retándose en duelos dialécticos y estéticos. Abanderados, comparsas y los coros “de bonitos” y “de vellos” acompañan a los personajes principales en desfiles que se prolongan durante días enteros. Sus coplas o “atranques” y “vivas” (en castellano, gallego o ‘castrapo’) sirven para hacer un repaso irónico de la actualidad de cada uno de los lugares. Este es un ejemplo de “atranque” o juego dialéctico entre dos “xenerais”:

XENERAL A:
“¿A dónde vas general
luciendo tus laureadas
asoballando naciones
que no fueron respetadas?”

XENERAL B:
Hago acto de presencia
hasta el último confín
extendiendo las doctrinas
de aquel insigne Lenín

En el Pazo Vista Alegre (Vedra), donde fuimos recibidos por el alcalde, Carlos Martínez, tuvimos la oportunidad de conocer algo más sobre este peculiar Entroido de la mano de dos vecinos del municipio vestidos con los trajes de generales y de Manuel Costa Carneiro, concejal de Turismo de Vedra, quien nos explicó más detalles sobre esta tradicional fiesta. 


En este establecimiento hostelero fuimos obsequiados con una suculenta comida, compuesta por empanada, caldo (o sopa de cocido para los más “puristas”), cocido, filloas, orejas, rosquillas y queso con membrillo, todo ello regado con un mencía de la D.O. Rías Baixas.

Al finalizar, no nos pudimos resistir y algunos de nosotros nos probamos las chaquetas y sombreros típicos de los generales… y hasta empuñamos sus espadas y recitamos algún que otro “atranque” improvisado!




El Pazo do Faramello fue, sin duda, el gran descubrimiento de este presstour por la comarca compostelana. Ubicado en el lugar del mismo nombre del municipio de Rois, cobija en la finca no solo un ejemplo del típico pazo compostelano rodeado de bellos jardines sino los restos de una de las industrias más antiguas de Galicia, una fábrica de papel, y un tramo original del Camino Portugués a Santiago, aquél que, según la leyenda, recorrieron los restos del Apóstol en su ruta hacia Compostela. Precisamente, los vecinos de la zona reivindican que se retome este trazado del Camino, desviado hace unos años, y que los peregrinos regresen a la ruta original. Otro de los atractivos del Pazo do Faramello es la capilla, declarada Bien de Interés Cultural, y consagrada, por la que se pueden celebrar en ella todo tipo de ceremonias. Gonzalo Rivero de Aguilar, actual propietario del Pazo, nos guió por la finca y nos avanzó que entre sus proyectos está habilitar un espacio próximo a la capilla para la organización de eventos.
Nos quedamos con el lema del Pazo do Faramello. Buena filosofía

Otro de los pazos que descubrimos gracias a este viaje de prensa fue el de Santa Cruz de Ribadulla, propiedad de la familia del General Armada. Se trata de la auténtica joya de la corona de la Ruta de la Camelia y que, como pudimos comprobar, no solo puede presumir de albergar un gran número de árboles de esta especie sino otros muchos ejemplares dignos de visita. Árboles centenarios, algunos de ellos traídos desde latitudes muy lejanas, conforman jardines de cuento de hadas, en los que no faltan fuentes, senderos refrescantes para el verano y cálidos para el invierno, estanques y cascadas. 
Especialmente hermoso es el conocido como Paseo de los Olivos, con ejemplares centenarios.


Rematamos nuestro viaje en el monasterio de Carboeiro, en el municipio de Silleda. Recientemente rehabilitado, es Monumento Histórico-Artístico desde 1931 y también Bien de Interés Cultural.


La lluvia hizo acto de presencia (tras varias tentativas fallidas durante el resto de la jornada) así que nuestra visita a Carboeiro y su entorno fue más fugaz de lo deseado. Volveremos.

No lo he mencionado anteriormente, pero si la jornada fue tan instructiva, lo fue gracias a Diego (Doira), excelente conversador… y guía!

Todo el grupo de periodistas y bloggers en Pazo Vista Alegre